LA SELECCIÓN DEL FOCUS LATINOS IN THE USA

21 julio 2020

Primera noticia para el recién llegado : los Estados Unidos no son Disneylandia. Enfrentar la realidad hace desaparecer todo imaginario del sueño americano (Los Lobos). La emigración latinoamericana en los Estados Unidos es, como toda emigración, una experiencia de la esquizofrenia: vivir entre dos países a la vez, un país actual (los Estados Unidos) y un país virtual (su país de origen). Es este dlogo a distancia, nutrido de rupturas y sufrimientos, que hace del emigrante, más que un cuerpo desplazado, un ser dividido en dos, y poco importa que se trate de un viejo mejicano clandestino (I’m Leaving Now) o de una joven artista argentina (Hermia y Helena). Lo que se deja atrás, lo que se ha perdido (el padre en Rastreador de estatuas, el amante en Nadie nos mira) es justamente lo que siempre resurge. Lo virtual termina replegándose sobre lo actual, el pasado sobre el presente, el sur sobre el norte. Pero lo que se abandona en su país puede permitir también la afirmación de una nueva singularidad, un renacimiento engendrado por la mezcla de géneros, sean musicales (We Like It Like That) o sexuales (El Viaje de Monalisa). Paradoja aparente : cómo encontrarse a sí mismo en un país extranjero, más aún cuando resulta ser vocero del capitalismo, de la superficialidad y que desde siempre ha ejercido su dominación sobre América Latina (Memorias del desarrollo) ? Pasa que los Estados Unidos, país donde la esquizofrenia es un estilo de vida, se nutren de sus propias contradicciones y viven de la crisis de su propio sistema. A pesar del espantajo Trump, poseen una constitución y leyes que protejen la democracia y que permiten a cualquiera, por clandestino que sea, recurrir a ellas para su propia utilización (The Infiltrators). 

 

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